miércoles, 30 de marzo de 2016

Posible evolución del apellido que nos une




Posible evolución del apellido que nos une



Me parece más que difícil, por no decir imposible y pecar de radical, aseverar cuál es la variante "correcta" del apellido que nos une, porque hay muchos aspectos a considerar.
El primero es, no por importancia sino por cercanía, aplicarnos la frase atribuida a Sócrates "solo sé que no sé nada..." recordando que cualquier afirmación concluyente tiene un respaldo serio en estudios realizados con una profunda formación en historia, paleografía y lingüística, como poco.
La antigüedad de cualquiera de las versiones que podemos encontrar del apellido es relativa, ya que está limitada por la existencia o falta de documentos históricos, junto a su correcta transcripción y datación. Existen normas de transcripción más o menos aceptadas, y se deben respetar las distintas formas de escritura, influidas por la época, región y lengua del escribiente.
Esto nos lleva a considerar los problemas que pueden influir en una correcta comunicación, donde la emisión y recepción del mensaje se ven afectados por trastornos del lenguaje o la audición de los interlocutores, aumentados en algún caso, o sumados, al uso de distintos idiomas, dialectos, cambios de población o región.
La transmisión oral de los apellidos también se ve influida por la evolución natural del euskera en cada valle o zona de influencia, la falta de normalización o estandarización del idioma hasta épocas muy recientes y la constumbre de "comerse" letras o acortar las palabras.
Otra razón de peso en el encasillamiento de los apellidos ha sido el trabajo de heraldistas, genealogistas y traductores, que han asignado blasones, títulos y definiciones distintas a variantes casuales de los mismos apellidos, tratando de distinguirlas y diferenciarlas en vez de entenderlas como tales versiones. A esto debe sumarse la natural y poco provechosa costumbre de querer ser original y exclusivo, atribuyéndose la versión "correcta" y modificando los documentos escritos para que coincidan con el propio apellido y poseer un árbol genealógico uniforme, de principio a fin.
Por último, se deben tener en cuenta los posibles errores ortográficos al realizar los asientos en los Libros Sacramentales o Registros Civiles.

Esta introducción sobre el tema es para aclarar confusiones, reflexionar y plantear críticas a la situación actual y a la hipótesis que voy a proponer a continuación.
En un vistazo general en internet a las partidas de nacimiento de Guipúzcoa y Vizcaya (Álava no está operativa) aparecen como más antiguos los apellidos Ybarguren, en la primera, e Ybargüen (sin diéresis) en la segunda. Luego aparecen Ybargoen e Ybargoyen. Esto es justo lo contrario a lo que planteo como hipótesis y desde el punto de vista fonético, si es que no estoy errado en la terminología y la ciencia, que no domino.
Partiendo de la definición y traducción de "ibar" como "rivera", "goi" como "parte superior" y "goi(h)en" como superlativo "(el) de más arriba" que hace Luis Michelena (1), tenemos el topónimo "ibargoi" que aparece muy pocas veces como apellido y, con bastante seguridad, nunca en un acta de bautismo. La forma "ibargoien" es común, con la grafía de la época, que se transforma en "ibargoen" por economía fonética o lingüística. A su vez "ibargoen", por el proceso fonológico de asimilación -más comodidad, menos esfuerzo- se pronuncia "ibargüen".
Aquí empieza la parte más cuestionable de mi hipótesis: encuentro que la pronunciación de "ibargüen" es muy similar a la de "ibarguren" según mi experienca auditiva con muchos euskaldunes a los que la ley del mínimo esfuerzo los lleva a no vocalizar demasiado. De tal forma que atribuyo los numerosos cambios de apellido dentro de la misma familia a este proceso.
Mitxelena traduce el sufijo "-guren" como "límite o linde" y lo ejemplifica con "Ibarguren", pero aclara que la terminación "-güen" parece proceder más de "-go(i)en" que de "-guren".
Seguramente la antigüedad de "Ibarguren" en los registros eclesiásticos, desde 1530 en Zumarraga, así lo demuestran, y es un topónimo independiente de "Ibargoyen", pero en el caso de mi familia se debe, sin duda, a confusión.
No hay que olvidar la gran cantidad de documentación que queda por investigar, como son los protocolos notariales y fuentes documentales de los distintos Archivos Municipales y Provinciales, por ejemplo, para aclarar un poco más este confuso panorama.
Precisamente un par de documentos con variaciones de apellidos en un corto período de tiempo me empujaron a escribir esta entrada: se trata de los mismos personajes, en un espacio de dos años y medio de tiempo y 20 km de distancia.
El primer documento está fechado en Elorrio el 3 de septiembre de 1471. "Carta de venta otorgada por Furtún de Ugalde y Marina Sánchez de Ibargoi al consejo de la villa de Elorrio, sobre la cuarta parte de un sel llamado de don Martín Sánchez de Ibargoi" (2)
En la transcripción del texto encontramos los nombres escritos de la siguiente manera: "Marina Sanches de Ybarrgoy, muger legítima que fuy de Juan Roys d'Ibargoy", "Martin Sanches d'Ibargoy", etc.
El segundo documento está fechado en Arechavaleta el 2 de abril de 1474. "Carta de Martín Sánchez de Ibargüen ratificando lo comprometido por su madre, Marina Sánchez de Ibargüen, acerca de los derechos sobre el agua que pasa entre la casa fuerte de Ibargüen y la caserá de Belerin" (3)
En la transcripción se lee "Martin Sanches de Ybargoen, fijo legitymo heredero de Juan Ruis de Ybargoen e de donna Marina Sanches de Ybargoen", etc.
Como se puede observar, las descripciones de los documentos no coinciden con los textos, ni los documentos entre sí.
Es posible deducir que estos cambios eran frecuentes y la secuencia de cambios, posible.





(1)  "Apellidos Vascos" Ed. Txertoa, 5º ed. San Sebastián, 1997
(2)  "Colección documental del Archivo Municipal de Elorrio (1013-1519)"
       V.V.A.A. Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, San Sebastián, 1988.
(3) Idem